Mi pacata Clara se puso oscura. Y no conmigo (pt 6).

En un afán de ahorrar detalles, mientras juntaba todo lo necesario para mi espionaje y subía al auto le envié un mensaje al Fichu -si, me carcomía la culpa de la jugada que le acepté a Federico sin confesárselo a Clara, asi que preferí escribirle a mi hijo, quien estaba al margen de todo- preguntándole, al pasar, si aun estaban en casa.
"Hola, pa" me respondió con un texto mientras la aplicación me confirmaba que me estaba grabando un audio... ansioso por llegar a casa y armar mi cadena de TV a distancia necesitaba su respuesta negativa, o sea, que mi mujer y Fichu ya habían salido rumbo al centro a comprar el regalo de cumpleaños de Federico. Al fin escuchó que llegó el mensaje con su voz. Para mi sorpresa, quien me habló primero fue Clara. "Hola, amor" me saluda y noto que aún está ronca. "Si, estamos caminando, mirando vidrieras, aun no nos decidimos" y atrás, mi hijo agrega "Yo pensé en un collar de alpaca, punto peruano. A mamá le gustó, pero ella no se decide..." Mi esposa interrumpe "Lo que pasa, Luis" dirigiéndose directamente a mi "es que Fede cumple 18 años pero ya sabés, parece un muchacho mayor... que una cigarrera, que una botella de whisky..." desde atrás, escucho reir al Fichu "... ropa interior" agrega lo cual me cayó para el diablo. Mi esposa reconoce que percibe a Federico mayor de la edad que tiene... piensa en regalos para hombres: tabaco, alcohol... ¡si ayer no quería que tomaran cerveza porque para su pacatería eran demasiado chicos aun! Y la tercera opción ¿ropa interior? ¿Una mujer casada le regala un boxer a un joven de 18 años? Me estaba haciendo la película.



Por suerte ya llegué a casa. 
Respondí con un audio mientras colocaba sobre la mesa del comedor las 5 cámaras: "La botella de whisky está original, también me parece fino el collar de alpaca. Pero ¿en que ropa interior pensaste?" le inquerí a ver si se ponía incómoda. Vaya sorpresa, mi esposa tenía en mente algo más inocente "Un short y una remera para dormir, tipo pijama, pero no se si Fede usa ese tipo de vestimenta en esa situación". Mientras la escuchaba, asi disfónica, lo que me excitaba mucho, planificaba donde ubicar los elementos. Una camarita en la pieza que capte cada rincón. Dos en el comedor asi cubría el espacio en su totalidad. Y las dos últimas: una en el baño y la otra en el jardín, debajo de la lámpara enfocando la pileta. Si: me la jugué a que Clara y Federico iban a concretar y si el pendejo desmadraba podrían terminar en el baño o nadando desnudos. Todo hacía que se me parara la verga. El nerd de la empresa me proveyó de cables para interconectar con "mis nuevos ojos" as la distancia entre la cámara y el multi-puerto usb no sería problema. La casa disponía de muchas bibliotecas, adornos, cuadros por lo que no solo fue fácil esconder las 5 webcam sino también el cableado de cada una que conecté al multi-puerto y de él salía otro conductor que fue a la notebook -que ya estaba encendida y con el programa pertinente abierto- que escondí detrás del sillón del comedor ya que ninguna luz llegaba hasta alli. Tomé el celular y clickeé en el ícono de la aplicación que manejaría a distancia el mezclador de las cámaras de la notebook, Ambos dispositivos -la compu y mi móvil- estaban usando el wifi de casa. Es decir que cuando mañana mintiéndole a Clara que viajaba por la empresa, hasta que llegara a un hotel con wifi, seguramente la señal sería débil. ¡Eureka! En mi celular podía ver las 5 webcams juntas o elegir la que quisiese. 

Miré el reloj: 18.14. Había colocado en tiempo récord el sistema casero que me permitiría que mañana no me perdiera el encuentro entre Clara y Federico.

Entra un whatsapp. Lo escucho. Es la voz de Fichu. "Pa, en un rato estamos en casa. Al final compramos el collar, la botella de whisky y una especie de pijama, boxer y remera para dormir. Medio exagerada mami, como no nos decidíamos prefirió no arrepentirse luego. Flor de regalazos, ¿no?". Me seguía sonando extraño que Clara no se avergonzara de elegir ropa intima masculina. ¿Olía algo extraño? Le contesté "Si para vos está bien que conocés a tu amigo... ¿mamá está con vos?" le pregunté ya que en los primeros audios interactuaban ambos pero en éste, solo Fichu se escuchaba. "Mamá aprovechó que la tienda es unisex y se está probando ropa interior para ella. ¡Me aburro! Pero dice que hace mucho que no se compra un par de conjuntos...". Eso era verdad. Hoy era mi última noche antes "del viaje". ¿Por una de esos milagros en los que ella cree estrenaría una tanga y un soutien conmigo? Dias atrás, tras años de frustraciones y de padecer sus asexuadas actitudes ni me hubiera hecho ilusiones pero desde que hablé con Federico en su auto y me convenció de que Clara pulverizaría su parte mojigata para siempre, pese a que solo pasaron 24 hs la fantasía de disfrutar que mi esposa al fin sea bien puta estaba presente.

19.25. Audio. Era Clara "Amor, estamos en un Uber rumbo a casa. De camino dejo a Fichu qie va a cenar a la casa del Chino porque se encuentran con Andrés, para planear que joda hacerle entre los tres mañana a Fede. Ay. Esas cosas de chicos." volvió a decirme. "Asi que si querés en un rato pedimos unas empanadas y vemos algo en Netflix ¿dale?". Le respondí con un pulgar aunque aun seguía inapetente. Tanto nervio, tanta ansiedad, tanta inseguridad, tanto temor, tanto morbo... mi cabeza era una licuadora. Quería ver en mi escondite que tipo de armas usaría el pendejo y si serían exitosas porque si asi lo fuesen, mañana Clara sería la puta de Federico haciéndome cornudo a mi y cediendo ante otro hombre lo que por casi 20 años me negó a mi. Todo eso me daba miedo. De que ella se desbande, de que se transforme en la zorra que siempre deseé pero no conmigo o para mi, sino ante las artimañas de otro. Fantasear que mi esposa extralimitó su timidez conmigo pero se permitía putanear con otro me volvía loco de celos pero a la vez... ¡de nuevo! Tenía la verga dura. Y ella llegaría en minutos. No me importó. Miré las 5 imágenes en el celular, lo que me hacía sentir que tenía la manija y solo fantaseando lo que vería en las cámaras mañana, pelé mi pija y me hice una paja rápida y caliente. Me repetí varias veces: "Luis, mañana Clara te hace cornudo. Soy un cornudo. Mi mujer se convirtió en la puta de otro hombre" y en 4 minutos estaba limpiándome la leche de mi mano en el baño y con una esponja, la que desparramé en el piso del comedor.
Siento un auto que se detiene, pispeó por la ventana que da a la calle y veo bajar a la hermosa hembra de mi mujer giro los ojos notando como el chofer le miraba el culo. Estaba vestida como su costumbre, nada sexie, ni provocativa, ni con ropa ajustada, pero ya les conté: hasta de entre casa mi esposa calentaba. Llevaba una pollera un poco más arriba de las rodillas, unos borcegos altos, una musculosa que no impedía que se notara que tremendas tetas tenía y una camisa abierta, con un nudo en el ombligo. Del auto a la puerta de casa habría 5 metros. Mientras Clara recorrió esa distancia el tipo del Uber no le sacó los ojos de ese cuerpo que invitaba a gozarlo y a hacerla gozar. Pero el chofer no conocía a mi esposa...

Abrió la puerta con su llave, entró y se escuchó como el caliente conductor la despedía con 2 bocinazos. Venía con bolsas en sus dos manos, cargadas con los regalos y alguna prenda que adquirió para ella. "Luis, amor" me dijo y me dió un pico amoroso. "¿Que traés?" le pregunté, sabiendo obviamente, pero desde anoche estaba obseso con descubrirle alguna trampita o si me ocultaba algo. "Los regalos para Fede: al final no nos decidíamos con el Fichu y compramos varias cosas." Haciendome el curioso insistí "¿Ah si? ¿Que eligieron, al final?". Ella dejó las bolsas sobre el sillón que escondía la notebook y sacando cada artículo para mostrarme me dijo: "El collar de alpaca está muy bueno, es medio de la onda de Fede." y lo guardó. "Por lo que me contó nuestro hijo, el cumpleañero gusta del alcohol fuerte, asi que compramos una botella de Jack Daniels, un whisky." Y con miradita cómplice me mostró la caja. Prosiguió "Yo quería comprarme unas tangas y soutienes asi que pasamos por una tienda y al entrar vi un conjunto para dormir de remera y short haciendo juego que me gustó y también lo incluímos en el paquete". Sacó la remera, y si, era de las que se usan para dormir. Pero "el short" al que ella hacía referencia era ni más ni menos que un boxer, que por su corte indudablemente le marcaría tremendamente la pija. No pude dejar de pensar si ella eligió ese calzoncillo con alguna intención.


"¿Y vos? ¿Que te compraste?" inquerí fantaseando que se comportaría como toda esposa que estrena un conjunto de ropa interior. Casi sin emoción me mostró dos tangas ínfimas, tan pequeñas que no pude evitar imaginarla a Clara desnuda solo cubierta por ese trozito de tela. Junto a esas bragas, los corpiños hacían juego. Uno, era normal pero el otro, era provocador, sin dudas. Apenas le sostendría las fantásticas tetas y solo taparían sus redondos y rozados pezones.
"Como me gustaría que te pruebes esos conjuntos, amor" arriesgué. Ella me miró sonriente, con una mueca que traduje en un "No cambiás más, cmo te conozco" y me respondió "¡Que fiaca! ¿Sacarme toda la ropa y aparecer delante tuyo en tanga y corpiño? ¡Calentón!" y largó una carcajada. Mientras iba hacia la habitación con todas las bolsas me adelanta "Ya me las vas a ver puestas cuando las estrene, no seas ansioso". Tomé mi celular, abrí la appa. Cámara 1: ahi estaba mi esposa, en nuestro cuarto. Mi sistema espía funcionaba. Mientras se cambiaba de ropa por algo más de entrecasa, yo la espiaba en secreto. Se sacó el corpiño y vi sus tetas perfectas que rápido tapó con una remera algo ajustada. Clara estaba en remera y con la tanga que traía de su recorrida con Fisu. De golpe, tocó la bombachita entre sus piernas y se miró la mano: tenía mojada la concha. ¿Otra vez? Mi cabeza preguntó. ¿Que vió o imaginó en su paseo que provocó a sus fluidos? Se la quitó cambiándola por una limpia. Hacía 24 hs que Clara se sorprendía junto conmigo ya que parecía que estaba con las hormonas inmanejables. Pude ver que su concha no estaba depilada y pensé en convencerla para que la rasure, asi Federico mañana disfrutaria de una vagina insuperable... pero ¿que estoy pensando? ¿No solo en entregarle a mi mujer al pendejo sino que encima deseo que se luzca perfecta ante él?

Clara salió de la habitación con la musculosa y la tanga mojada camino al baño. Me vió con el celular y me recordó "Luis. ¿por qué no vas pidiendo las empanadas? Van a tardar como 45 minutos y ya son las 20:40" fue lo último que escuché cuando cerró la puerta. "Eso estaba por hacer menti". Cámara 4: el baño. Ahi estaba. Tiró la remera en el canasto de la ropa pero antes de hacer lo mismo con la braga vi con sorpresa como la olia. La olía toda. Indudablemente mi esposa estaba en un período hormonal distinto para ambos, casi que me animaría a asegurar que al menos en estas últimas 24 horas su acostumbrada asexualidad estaba algo dormida. ¡Que justo, el pendejo! En 20 años mi mujer rechazando todo vestigio libidinoso y él da en el clavo, planificando estar a solas intentando seducirla hasta cojerla percisamente en una etapa en la que parece que su cuerpo le pide lo que siempre negó.

Llegaron las empanadas, yo ya había abierto un tinto de mi bodega y -en otra prueba más- le ofrezco "¿Querés una copa? Anoche tomaste y te gustó... ¿querés repetir?". "Dale ¿por que no?" responde. 

Abrazados en el sillón que escondía la notebook en donde estaban conectados 5 ojos vigilantes, nos quedamos mirando una película del montón, terminando las últimas empanadas miro con algo de sorpresa, pero con mucho placer, como mi timorata y abstemia esposa, degustaba conmigo una copa de malbec. "Rico, che. Tenemos que repetir estos momentos. ¡Mirame vos!" se dijo. "A los casi 40 empieza a gustarme el tinto" y se rió compinche. "Mañana, cuando viajes, te ataco la bodeja... jajajaja". Los dos reimos. Pero "mañana" emociones más carnales esperaban por ella. Y yo, como un cornudo pajero, mirando y escuchando todo desde la habitación de algún hotel...



"Amor" le susurré. Ella, bastante mareada por sus primeras incursiones en el alcohol me respondió "Dime". Hice una pausa y le pregunté "¿Sabés por qué estás tan disfónica?". Bajó la mirada y su silencio fue eterno...


.. mirá que sigue....


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