La conversión de Mariana (pt 17).

En el baño de la habitación de sus padres, que -claro- ella conocía muy bien, volvió con Darío a foja cero con ese affaire sucio, perverso, morboso, sin límites. Ya que él la llevara para estar a solas la enloquecía: ¿era su elegida? Mientras la besaba húmedo, zarpadamente, como lo que ella era, su puta, se animó a susurrarle una pregunta "¿Soy tu elegida?". Él aparta su sexy cuerpo desnudo, marcado, tatuado y, sin pudor le responde sinceramente "Mariana, vos siempre fuiste secretamente considerada como la figurita difícil de la oficina. Todos los varones que trabajan con nosotros e incluso muchos clientes al menos una vez al dia reconocían que formás parte de sus deseos. Y vos cediste solo a mi con lo que mi autoestima se potenció". Sin dejar de manosearla y besarla caliente, continuó "Saber que te pervertí completamente, por encima del resto, cojerte, hacerte tomar falopa, saber que me deseás, que aceptaste ser moldeada por mi, sin negar nada de lo que te he propuesto, aunque -de verdad te digo- lo mantuve en silencio, o sea: no hice alarde ante nadie para cuidarte porque te respeto y no te merecés que te vean como lo puta que estás siendo para mi." Mariana sentía mojarse al escucharlo. "Se que te enrollaste con un tipo, ¿un taxista?" ella asintió "lejos de molestarme confimó aun más lo puta que podés ser". Ella le cuenta en pocas palabras como pasó lo de Julián "Es que uno de esos dias caliente y merqueada, en su auto, me di un saque y él tachero lo notó y aprovechó para hacerme saber que él se ofrecía, bah, medio que ni preguntó, me regaló merca. Me llevó a su enorme casa, con pileta climatizada en el comedor y me dejé llevar. No se, me encantó que un tipo mayor, que ocultaba manejando un taxi, que en realidad es alguien que maneja mucho dinero y bueno, fue imposible resistirme. ¿No te pone mal que me haya usado, rico, puta, merqueada a full?". Darío puso una de sus manos en su cabeza y presionó hacia abajo en claro gesto de llevar su boca a su pija. Mariana comenzó a chuparla metiéndosela bien adentro, como nunca. Retira la verga de Darío y le confiesa. "¡Hacía mucho tiempo que no te tenía conmigo, Darío. Me dejé llevar por Julián, el taxista, la merca, su Audi, su mansión... ¿No te ofende que me haya hecho su puta un par de veces?". Dario, con la chota gigante le explica "Mariana, mi propósito inicial fue probarte, cuando te convidé merca en la oficina. Luego, te traje al chico del negocio de enfrente y no te negaste. Si bien pervertirte para mi era una obsesión saber que desbarrancaste y de tan puta aceptaste la merca del tipo ese, ir a su casa, cojerlo, entregarte y demás no hace más que potenciar lo que deseé: que seas puta, libre, merquera, que de una empleaducha aburrida mutes en una reverenda atorranta, multiplica mi intención inicial. Tu libertad con Julián me calienta porque se que siempre vas a volver con quien te hizo reputa." La puso de pié, la volteó para que se mire en el espejo del baño de su madre y le recordó que ella accedió caliente a cambiar su eterno look de rulos castaños por su nuevo cabello. Morocho, lacio, carré.

Ella se miraba en el espejo, casi sin reconocerse, cuando Darío empujándola hacia abajo por su nuca tenía su hermoso culo parado. Le entró toda, pero toda, su carne y empezó a bombearla. "Sos mi puta y como te hice libre, me calienta que te des esos lujos: cojer con otros, usando todo aquello que aprendiste conmigo".

Mariana no daba más. Desde la habitación se escuchaban los gemidos del acto sexual entre su madre y Johanna. Gritaban, suspiraban, sin parar y hasta las aspiradas de merca eran tan guarangas que también ese sonido entraba al baño cerrado. 

Dario -casi como una orden- le susurra al oido "Toda mi leche va a entrar en tu concha, porque sos mi hermosa puta. ¿Ok?". Ella tembló y gimió. "Damela. Soy tu puta y que me entregues a otros para volver a vos, me embriaga". Darío empezó a tener espasmos mientras bombeaba litros de su leche dentro de su cajeta. Leche y leche y leche. Y aun asi, temblando de caliente, le pone delante la tarjeta con una gran cantidad de merca que Mariana aspiró. "Toda" ordenó su macho "Toda" repitió hipnotizada Mariana. 

Su fantástico cuerpo estaba empapado de sudor, su vagina chorreaba fluidos y leche y la cocaina la cogia desde la nariz. Por un momento, solo unos segundos, recordó que ella tenía pareja, Luciano quien hacía semanas que no la veia, que no sabía nada de ella y eso si que era inédito. Y mientras tenía un fuerte orgasmo se decide y ya relajada tras esa acabada brutal, se anima a decirle a Dario "lo que más me extraña es la pasividad de mi novio. No me pregunta nada, no ha notado mi ausencia, mis cambios, que casi ni estoy en nuestro departamento... eso me tiene intrigada".

Dario, retirando su verga empapada, la acuesta en el jacuzzi del baño de Marisa y Cristian, los padres de Mariana boca arriba. "Abrite, quiero cojerte mirándote. Abrite toda". Ella accede y su macho le hunde su carne completamente. "En algún momento vas a anoticiarte que pasa con el cornudo de tu pareja". Mariana detiene el bombeo sorprendida "¿Cómo?". Darío, casi ignorando su pregunta, levantó sus torneadas piernas, las puso sobre sus hombros con lo que ella pudo sentir su pija mucho más adentro "Aghhh... hijo de.. pp..putas... me estás haciendo mmm... mier...da...". Darío le consulta "¿Querés ser puta, merquera, mi hembra que te da libertad para que pruebes otras vergas?". "Sii... Dios.... me vol... aaghhhh,... me transformaste.... en una... p...puta... en tu puta... y en la puta... de otros.... agghhhh... acabo".
Y en otro orgasmo demencial derramó todos sus fluidos bañando la chota de su macho sintiéndo desvanecerse.

"Ahora, probá, mi puta" le advirtió Darío mientras se paraba en el jacuzzi, con Mariana acostada, casi desmayada de caliente y comenzó a orinarla. Primero la concha subiendo hasta el ombligo, las tetas... la puta merquera sentía el pis caliente y realmente se sintió entregada. "Abri la boca". Si negarse se preparó a recibir la meada en su lengua. "Uff.... que rico, que puta, que regalada me siento, Dario" expresó mientras fuertes chorros de pis entraban de lleno en su garganta. "Tragala". Y eso hizo.

Cogida. Llena de leche y cocaina. Toda transpirada y agotada saboreaba orina por primera vez.

"¿Estás lista para escucharme?". Tragando lo último de la meada. Abrió los ojos. Con Dario todo estaba aceptado. Ella era su puta. "Tu chico, Luciano, hace un mes y medio, también tomó el taxi de Julián, si. Él y yo somos algo asi como socios. Julián aun no te conocía personalmente pero sabía de vos por mi. Sabés que él es muy convincente ¿no?" Mariana tenía que esforzarse para comprender. "Julián le sacó charla a Luciano hasta que tu chico le confió que creía que a pesar de todo el amor que se tienen vos y él, sospechaba que vos tenías un costado oculto que él no llegaba a descifrar." Mariana trataba de despabilarse. ¿Que le estaba contando Darío? "Asi que Julián lo llevó a su mansión, el taxi es una pantalla, como habrás visto. Es un narco con mucho dinero. Tomaron unos whiskies y asi, algo borracho, tu novio se abrió. Julián le dió merca. Luciano tomó, si, la primera vez sin vos y peor: la primera vez a solas con un hombre. Y como una vez dijo alguien "La diferencia entre un heterosexual y un homosexual son unos gramos de merca". Julián se lo cogió. ¿Me escuchás? Julián se garchó a tu novio, borracho y merqueado. Me mostró la filmación de las cámaras de seguridad, Mariana. Tendrías que ver como Luciano gemia y pedía más pija. Julián le decía: "te gusta ser mi puto" ¿y que pensás que tu novio le respondió?". Mariana soltó sin mucha creencia "que si". "Acertaste" le confirmó Darío. "Julián me contó eso y me dió el celular de Luciano. Lo llamé y pauté un encuentro con él. También me entregó su culo. Drogado e hipnotizado". Mariana no podía atar los cabos tan rápido. "Y mientras le daba pija y tu chico gemia y pedia mas y mas le informé: me voy a cojer a tu novia, la voy a pervertir, no la vas a reconocer. Lo que vos admitís que no podés darle para complacerla lo voy a hacer yo.y quiero tu aprobación". Mariana cortó el relato "¿Y que respondió Lu?". "El puto y cornudo de tu novio me suplicó que te haga mi puta. Que mientras Julián, yo y algún otro tipo lo siga haciendo puto, porque no sabés como le gusta la pija a Luciano, Mariana era libre para decidir". Ella empezaba a comprender el porque de la pasividad de su pareja. "Que tu chico siempre esté dormido también es parte de la trama. Toma vino tinto con un par de clonazepam para que lo encuentres entre sueños, asi no tenés que enfrentarte al lógico cuestionamiento que te haría una pareja por tu ausencia y tus cambios. Luciano te está dejando gozar porque no solo se dió cuenta que él no estaba a tu altura: él solo quiere pija de hombres. ¿Te digo algo? Él sabe de esta reunión en casa de tu madre y no está en tu casa: está en el departamento de un amigo mio, desnudo, en cuatro, recibiendo pija, gritando que es puto, que es cornudo y tomando merca como loco".

Mariana no sabía como sentirse. Liberada o estafada. Si, estafada por Luciano, pero también por Darío y Julián. Pero sin dudas... su calentura había llegado a su punto máximo. ¡Luciano es un puto cornudo! Es decir que aquella madrugada en la que ella le habló humillandolo mientras él dormia -como últimamente- mientras hacía tiempo hasta que Julián pase a buscarla no estaba lejos de la realidad...

El llamado de su madre la volvió al momento. "Mariana! En 15 minutos llega tu padre. Por favor: ya es hora de que se vayan". Mariana se levantó como pudo, se dirigió a la salida del toilette y al abrir la puerta vió con estupor como Marisa, su mamá, le quitaba la goma del brazo a Johanna y derramaba las últimas gotas de heroína en una vena de Johanna quien gemia como en trance...



Continuará.




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