La conversión de Mariana (pt 13)

Mariana y Johanna fueron, a gusto, las putas de Dario. Todavia faltaba un tiempo para que la oficina abriera sus puertas, asi que los tres amantes, perversos, desinhibidos, dieron rienda suelta a sus gustos y fantasia.

Mariana estaba realmente sorprendida de la apertura mental/sexual de su compañera. Nunca pensó que era recatada, de hecho, como conté en otro capítulo, cuando fue invitada a cenar varias a veces al departamento que compartía con Luciano, su pareja, nunca fue con el mismo acompañante. Minimo le contó 6 chicos distintos. Si, claro, eso no dice nada, pero evidentemente más allá de sus breves relaciones no le era difícil encontrar compañero.

De golpe, Dario empezó a dedicarse únicamente a Johanna. Le pidió que se la mame y se la tragó hasta el fondo. Johanna estaba muy merqueada y caliente. Le ordenó que lo pajeé con sus tetas y ahi estaba ella, complaciente. Mariana llegó a escuchar: "Dario. Necesito tu verga adentro, de forma tradicional. Misionero. Yo abierta toda y vos dandome bomba." Y se tiro sobre unas cajas del depósito toda entregada. Dario le hundió su rica pija y le entró a dar como Mariana no recordaba. Los dos estaban entregados, desentendidos del entorno por lo que Mariana, caliente, se tomo 2 rayas y buscó algo parecido a una poronga para pajearse mientras los miraba. Johanna gemia como puta. Se habia metido de cabeza en el mundo que Mariana le confesó y se notaba como lo gozaba. Dario gemia y le decia cosas en el oido a lo que Joha respondia "Si, si... claro... si... soy puta, tu puta". Mariana se topó con un paquete de velas de cera, sacó DOS y se las metió en la concha, entrando y saliendo, masturbándose mientras los miraba hasta que, luego de escuchar a su compañera gemir largo y gustoso en un orgasmo caliente, sin  salir de su asombro, escucha como Johanna, sin tapujos, le ruega a Darío "Dame toda tu leche adentro de la concha. Toda. Que no se desperdicie ni una gota". "Si mi puta" le responde el perverso del primer amante de Mariana. "Ahi va toda" mientras su cuerpo tomaba la forma de una medialuna, doblando su espalda hacia atras, le derramaba todo su semen, completo, dentro de la vagina de la nueva puta que se sumaba al equipo: Johanna gemia, gritaba "Más, por favor, más". Dario, respiraba caliente y su guasca llenaba por completo a Johanna... en ese instante, las velas cumplieron su cometido e hicieron que Mariana tuviera su acabada sucia y caliente, como voyeur. 

Dario saca su carme de la vagina de Joha y ella les dice "Me voy a lavar. En 30 minutos empiezan a llegar nuestros compañeros" y bajó las escaleras desde el ático al baño.

Mariana lo mira a Dario. Claramente ya ni ella era su puta exclusiva ni él era el macho solo de su propiedad. Lo que sintió fue feo. Ella, cuando él la pervirtió, en esas primeras semanas, sin dudas se percibía única, elegida, deseada, sin competencias. Pero Dario aprovechando que habian quedado solos le dice "Hoy me junto en lo de tu madre. Quiero que estés". Mariana no supo que contestarle. Más temprano supuso que, luego de tanto tiempo, llegaría a horario a su departamento y compartiría al menos.... "algo" con Luciano -quien hasta ese momento parecia estar en otro mundo: cero sospecha y por otro lado ¿Cuál sería su función entre Darío vejando a  Marisa, la mamá de Mariana quien seguro estaría regalada a semejante perverso: merca, sexo, infidelidad... pero Darío la podía. "Dale. Decime como haríamos" le respondió. Darío sonrío victorioso. "¿Tenés la llave de la casa de tu vieja, no?" preguntó. "Si" dijo Mariana, hipnotizada imaginando y armando el rompecabezas en su mente. Dario siguió con su plan: "A las 20 la zarpadita de tu mami me espera solita y caliente aprovechando que el cornudo de tu papá no vuelve hasta las 00. Son 4 horas. Mi idea: voy solo, ella me abre, empezamos mi juego y tipo 20.45 vos llegás y entrás, te desnudás en el comedor y te metés en su habitación uniéndote a ella y a mi. ¿Como lo ves?". Mariana ya se sentia mojada. "Bien, bien". Darío le preguntó si le quedaba merca. Miró y vió que entre ella y la desbocada de Johanna se habían tomado casi toda la bolsa que Julián, el taxista, le habia obsequiado. "Algo". Darío sacó algo asi como 1 gr y medio se lo dió mientras le ordenaba "Eso si, mi puta hermosa. Te quiero bien merqueada antes de que entres en el juego con la trola de tu madre". Mariana, toda desnuda, sintiendo como le chorreaban las piernas, respondió "Asi será". Darío sintió la puerta del baño abrirse. Johanna ya volvia. Se acerco a su oido y le susurró "¿Viste que te lo había anticipado? Tu vieja toma merca". Ese dominio de Dario, que era total, en decisión, en propuesta, en dominación, la enloquecia. Volvia a sentirse su puta. "Siempre tenés razón, mi macho" le susurró dándole un chupón como si fueran novios.

Johanna sube y ya se había puesto su tanga y por encima un jean y les dice que ya casi eran las 16. "Están por caer el resto. Hay un olor a sexo, concha, leche, transpiración aca. Y yo quiero otra raya". Tomó su camisa y se la abotonó ya que ni sabia donde habia dejado su corpiño.
Dario la mira a Mariana y esas dos miradas se dijeron todo. "Hoy tenemos una joda extrema. ¿Te sumás, Joha?" le dijo Mariana, entendiendo que era lo que queria Dario. Johanna se tomaba 2 lineas mientras respondia a media voz "Uff, me encantaria". "Despues te digo las coordenadas" agrega Darío. "Yo me voy a las 19.40 de acá y ustedes una hora después. La casa esta a 15 minutos en Uber. Vienen juntas, ¿si?". Antes de que Mariana responda Johanna, con la nariz chorreando agua le responde que si, lo que él diga.

Todo se había desmadrado más de lo que Mariana jamás imaginó. Johanna, merquera, reputa, hermosamente entregada, como ella. Joha, rubia. Mariana ahora morocha de pelo lacio ya que siempre fue castaña de rulos, pero Dario le ordenó cambiar el look y a ella la calentaba complacerlo.

Los tres ocuparon sus lugares en la oficina mientras iban llegando los otros empleados. El contador. La chica del buffet. La secretaria del jefe, quien estaba de vacaciones. Maria José, la administrativa y a los minutos ingresa Silvio, un cliente histórico. Un morocho ya canoso, de unos 60 años, que al menos una vez por semana visitaba la oficina solicitando los servicios de la misma. Habitualmente lo atendía Petra, la administrativa pero esta vez fue directa y extrañamente al sector de Johanna. Silvio tenía buen físico, tostado en verano e invierno, con ropa cara y pose de tipo muy seguro. "Hola, Joha. ¿Cómo estás?". Ella se mostró sorprendida que Silvio esta vez no hable con Petra, como siempre y que la trate con tanta confianza. "Hola, Silvio. ¿Cómo está usted?" respondió Johanna notando que todavia la merca estaba haciendo de las suyas en sus pensamientos. "Querida. Hace años que trabajamos juntos. Tuteame, por favor" le pidió mientras le guiñaba un ojo. Johanna tambaleó psiquicamente. La cocaina la ponía cachonda y rara. Desinhibida pero con la inseguridad de cometer algún error que la delate. Pero las palabras de Silvio le generaron "algo". "Tenés razón, Silvio" se animó. "Sos como de la familia, como un primo, un tio o algo asi para nuestra empresa, no? Uno de nuestros mejores clientes". Silvio se acercó a su oido y le murmuró por lo bajo "Un primo, un tio o un amante ¿No?" y descaradamente le rozó una teta, por encima de su camisa pues se notaba que no tenia puesto soutien. "¡Silvio!" se asombra Johanna "¿Como... como...?" quiso ser fuerte e increparle con un "¿Como se atreve?" pero venía caliente y merqueada y no pudo completar la frase. Sin dudas, lo de Silvio era un exceso de confianza que ella no le había permitido pero ¡le había gustado! Silvio sonrío y le tomó completamente su otra teta. "Johanna. Yo noto que hoy sos otra. Algo te pasó. Algo experimentaste y no sos la de siempre. Y no tengo ninguna gana de contener lo que me surge como deseo". Johanna estaba en un estado de desinhibición total. "Vamos al baño, Silvio. Quiero tomarme unas rayas". "Ahhh" expresó el sexagenario usuario de la oficina. Silvio entró primero y Joha esperó que Petra vaya al buffet y corrió hacia el toilet. En ese instante cae en la cuenta que la merca que venia tomando se la proveyó primero Mariana y después Darío ¡ella no tenía nada! Silvio la toma de la nuca, la besa y la ingresa casi con volencia a una de las cabinas, cierra la puerta con la traba y saca un frasco lleno de cocaina.
Johanna notó que se mojaba al instante. Silvio tomó un billete de 1000 pesos, hizo un tubo y le dijo "Aspirá directamente del frasco". Johanna no midió que una cosa es una raya o dos y otra aspirar de un frasco lleno. Dios! Que buena merca era, que cantidad había ingerido de esa manera. Sus fosas empezaron a chorrear y Silvio ya tenia su verga afuera. Parada, se veia linda, novedosa y a pesar de su edad, dura, potente.
La otrora santurrona, se la metió toda en su boca, teniendo que abrir sus labios más que de costumbre cuando Silvio le empuja la cabeza haciendo que se la trague toda. Tenia toda la poronga del cliente hasta su garganta. Tuvo una arcada y cuando se la sacó por 10 segundos vio como le chorreaba la saliva que unia sus labios con la cabeza de la pija. Silvio arremetio de nuevo y Johanna volvia a sentir el cabestro tocando la entrada de su garganta. De la impremera impresión incómoda ya le estaba encantando. Volvió a sacar la carne de Silvio y otra vez un grueso hilo de saliva chorreaba su pera, la verga y unia a su boca con la carne.
Silvio le extendió el frasco "¿Más?". Sabia que la empleada no iba a decirle si. El billete hecho tubito cumplió su función. Ufff. Tomar asi era como meterse 5 lineas gordas todas juntas. Slvio le sacó la camisa, le bajó los jeans dejandola con su tanga que ya estaba sucia de todo lo que habían hecho con Mariana y Darío en el altillo. Se la corrió y sin sacarsela le hundió su pija hasta el fondo.
Johanna pensó en segundos que en un mismo dia, por espacio de 4 o 5 horas habia cojido con Mariana, con Dario y ahora con Silvio. ¡Y la merca! 
Silvio la dió vuelta haciendo que sus codos y su cara se apoyen en la puerta y la cogió con ritmo horadando su concha por atras. Johanna se percató que no iba a volver hacia atrás. Mariana la pervirtió solo con contarle su experiencia. Darío sumó morbo. Y ahora Silvio se estaba por convertir su amante, porque cojia fantástico. Su verga era dura, durísima. Recordó que Dario ya habia acabado dentro suyo por lo que no correría ningún riesgo si Silvio la rebalsaba. Gimió una vez. Y luego otra vez. Y una tercera acabada. Morbo, merca, suciedad, puta, libre, eso era vida. "La quiero adentro, Silvio. Toda". A Silvio se le puso mas gorda y dura y solo dijo "Ahhh.... siii...." mientras su leche comenzaba a brotar. Un bombeo, otro, un tercero, Johanna perdió la cuenta de cuantos disparos de guasca le obsequió el cliente.

Silvio tomó su mentón, dió vuelta su cara y la besó sucio y húmedo. "¿Puedo hacerte una pregunta?" fue lo primero que dijo su nuevo amante "Si" exclamó en un aliento Johanna. "¿Vos vivis sola, con tu familia, en tu casa?". Extrañada por la pregunta Johanna le respondió "Alquilo un departamento. Vivo sola". Silvio fue por más "Yo vivo a 10 cuadras de acá, en mi propia casa. Atrás tengo 3 departamentos que alquilo. Si lo deseás, te puedo ceder uno, te ahorrás el alquiler, estás cerca de la oficina y muy próxima a mi vivienda. Pensalo".

Más alla de la cojida sucia, con merca, casi violada, mostrandose reputa y gozosa la propuesta era tentadora. Y, a decir verdad, el encare de Silvio y su performance sexual la había seducido....

continuará


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